Creado por Arvila Magna 22 jul, 2014
Esta especialidad osteopática permite tratar el cuerpo
de bebés y niños para evitarles futuras enfermedades o patologías, pero es
todavía una disciplina poco desarrollada en nuestro país
¿Sabías que los cólicos de tu bebé
pueden curarse con una simple maniobra osteopática? ¿Que muchos lactantes
lloran por las tensiones de ciertas cadenas musculares en el momento del parto?
Esto son solo dos ejemplos de casos en los que la osteopatía pediátrica se convierte en una fiel
aliada para tratar los problemas de los bebés. Se trata de una disciplina poco
desarrollada en nuestro país, pero altamente gratificante para el especialista,
porque permite ayudar a prevenir futuros problemas físicos. Y, lógicamente,
también es beneficiosa para los propios bebés, a los que a menudo no se trata
de la manera correcta.
En la inmensa mayoría de los casos,
el parto se produce en un quirófano, con la
mujer tumbada en una postura que
impide que la gravedad ayude al niño a salir. Esto implica que en ocasiones sea
necesario recurrir a fórceps o ventosas, que pueden provocar movimientos de los
huesos del cráneo. Los problemas que pueden surgir de este momento tan
trascendental en nuestra vida podrían evitarse si, en la misma sala de partos,
estuviera presente un osteópata, como ya ocurre en otros países. O, al menos,
sería necesario que tras los partos instrumentales, las cesáreas o los partos
prematuros o de más de 40 semanas, un osteópata pudiera visitar al recién
nacido, con el fin de prevenir posibles complicaciones. Otros casos en los que
sería necesario acudir a un osteópata tras el parto serían los siguientes:
Cesárea
Bebés prematuros o con retardo
Parto con fórceps o ventosas
Fase expulsiva prolongada (más de una hora)
Plagiocefalia (deformidad craneal)
Problemas viscerales, respiratorios y ORL (oídos)
Problemas oftalmológicos
Patología neurológica y estructural (tortícolis congénita, dificultades en la succión, etc…)
Escoliosis y problemas estructurales
Bebés prematuros o con retardo
Parto con fórceps o ventosas
Fase expulsiva prolongada (más de una hora)
Plagiocefalia (deformidad craneal)
Problemas viscerales, respiratorios y ORL (oídos)
Problemas oftalmológicos
Patología neurológica y estructural (tortícolis congénita, dificultades en la succión, etc…)
Escoliosis y problemas estructurales
En un parto normal, el ritmo de
respiración primaria (del sistema nervioso) del bebé se activa con las
contracciones, y en el momento de nacer, la madre transmite bifidubacterias
vaginales, que inmunizan al recién nacido ante posibles patologías. Todo esto
no sucede con un parto por cesárea, de modo que el bebé nace con un sistema
inmunitario más débil y se expone a sufrir otitis, bronquitis y otras
patologías respiratorias. Dichas patologías podrán corregirse más adelante con
osteopatía, pero podrían evitarse si fuera posible realizar un parto natural
sin poner en riesgo ni a la madre ni al niño.
En relación con el parto, el uso de
la epidural, que se administra para evitar el dolor, evita también la conexión
emocional del recién nacido con la madre, porque la madre, en ese momento tan
importante, se desconecta. Y esto puede tener consecuencias emocionales en la
relación madre-hijo que podrían requerir tratamiento especializado. Por ello,
creemos necesario que la madre disponga de toda la información de los efectos
adversos de esta anestesia.
Niños que no deberían llorar
Otro caso en el que la osteopatía
puede contribuir es el de los llantos del niño. Un bebé que llora no lo hace
por capricho, sino porque puede ser que tenga tensa una cadena muscular. Esta
tensión le provoca molestias cuando está tumbado, por esto, cuando sus padres
lo cogen en brazos, se le pasa el llanto. Una simple maniobra osteopática puede
ajustar esta cadena muscular para que el bebé pueda estirarse en su cuna
sintiéndose cómodo.
Otro caso: la otitis. De nuevo, un
ejercicio de normalización de los huesos craneales puede ayudar a aliviar el
dolor de oídos sin necesidad de medicación ni de drenajes de tímpano. Es uno de
los problemas que pueden surgir durante la cesárea, porque el niño es
“extraído” del vientre de la madre tirando de su cabeza, lo que puede provocar
un movimiento de los huesos del cráneo.
El caso del asma, una de las
principales preocupaciones de la edad infantil, merece un poco más de atención.
En muchos casos, no es un asma real. Existen dos tipos de asma, la que provoca
dificultades de respiración al inspirar y la que las provoca al espirar. Ésta
última es el asma más problemática; sin embargo, a menudo se confunde con el
asma inspiratoria, que en realidad es una disnea respiratoria que provoca una
tos corta y continua. Y esta disnea está causada por un bloqueo de las tres
primeras costillas, a veces la cuarta, entre otras causas añadidas, y esto
puede ir acompañado de una tos, provocada por la primera cervical, que se
encuentra en una posición anormal de rotación. Con las sesiones osteopáticas,
se pueden solucionar estos bloqueos y, por tanto, arreglar estas disfunciones
respiratorias totalmente reversibles.
Finalmente, otro caso muy común que
también puede ser tratado con osteopatía son los trastornos de hiperactividad y
TDAH. No se trata solamente de una manera distinta de interpretar estas
conductas, sino también una solución para no medicar a los niños en exceso. Y
esto siempre vale la pena considerarlo.
SOY OSTEOPATA, Y PROFESORA DE YOGA PRENATAL, ESTOY DIPLOMADA Y AVALADA
POR EL OSTEOPATA DOMINGO RUBIO, CREADOR DEL METODO RUBIO PARA COLICOS
LACTANTES, Diplomada en Formación Especializada de Osteopatía Infantil (IFENTI: Instituto de Formación y Desarrollo
Clínico en Terapias Infantiles)
Citas: 676008277
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domicilio, para más comodidad y tranquilidad vuestra y del
bebe.
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