Escrito por Madreaventura el 19/02/2015 en Desarrollo y salud del niño
Silvia licenciada en Periodismo,
escritora, especialista en Marketing y ventas
Post: http://sermadreunaaventura.com
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Llevaba tiempo queriendo compartir
en el blog una experiencia que viví cuando Pulguita era casi recién
nacida, ya que pienso que puede ayudar bastante a muchas familias que estén
atravesando la misma situación con sus bebés y que no encuentren respuesta en
sus pediatras habituales.
A las tres semanas de vida,
aproximadamente, llevé a Pulguita a un fisioterapeuta y osteópata infantil porque llevaba días con muchos llantos, irascibilidad y poca ganancia
de peso. Inicialmente lo achaqué a la crisis de lactancia de los 15-20
días, pero viendo que la situación se me empezaba a desbordar, decidí buscar
una solución lo antes posible.
Tras realizar un par de sesiones de terapia sacrocraneal (algo que, desde
mi experiencia personal recomiendo sin dudar para aquéllos bebés que padecen de
cólicos y/o gases) el fisio me recomendó visitar a un gastroenterólogo pues
parecía que lo que tenía mi hija era un claro caso de reflujo oculto o reflujo silencioso que él no podía tratar en
exclusiva.
Mi Mayor tuvo reflujo
gastroesofágico bastante agudo siendo un bebé, pero el reflujo que padecía
ahora mi niña no tenía nada que ver con lo que yo recordaba. El reflujo oculto o reflujo silencioso es
otra clase de reflujo muy pocas veces diagnosticado (ya que es difícil
interpretar los síntomas) en el que el bebé no llega a regurgitar sino que
los contenidos ácidos de su estómago suben hacia el esófago debido a que el
cardias (el músculo que cierra herméticamente el estómago) no cierra
correctamente, bien por inmadurez o por
una alergia alimentaria. Estos ácidos suben y bajan constantemente por
el esófago causando dolor y quemazón.
¿Qué síntomas presenta el reflujo oculto o reflujo
silencioso?
- El bebé no regurgita como ocurre con el reflujo clásico por lo que al no verse salir la bocanada de leche el diagnóstico se hace más difícil
- El bebé se muestra irascible y llora con frecuencia sin que los padres logremos calmarles
- La posición de tumbados no les gusta y parece que se calman si se les zarandea suavemente, se les coloca en posición vertical o se les incorpora el colchón
- Sus episodios de sueño son muy cortos y superficiales y parecen estar siempre alertas o lo que comúnmente llama la gente “muy espabilados”
- Tosen y estornudan sin estar acatarrados
- En ocasiones parece que se asfixian o que se les viene algo a la boca que nunca llegan a escupir y que por tanto no ves
- Hipo frecuente
- Babean mucho y constantemente
- El momento de darles el pecho o el biberón es un calvario: por un lado se muestran ansiosos porque tienen hambre pero cuando comienzan a comer sueltan constantemente la tetina o el pezón, echan la cabeza hacia atrás, lloriquean y están nerviosos durante la toma (esto ocurre porque el alimento les “quema” la tráquea cuando lo ingieren)
- Cuando lloran o incluso cuando duermen echan la cabeza hacia atrás, como queriendo estirar el cuello
- Poca ganancia de peso, a pesar de hacer tomas constantemente
Con la sintomatología arriba descrita, las apreciaciones del
osteópata y los antecedentes de APLV en la familia, (“Alergia
a la leche” alergia a las proteínas de leche de vaca), un trastorno muy común
en lactantes y niños de corta edad por el cual el organismo identifica como
“peligrosas” las proteínas de la leche generando una respuesta inmunológica
exagerada; es decir, una reacción alérgica.
La pediatra
diagnosticó de forma muy clara y rápida un reflujo oculto en Pulguita y en seguida nos puso en tratamiento:
- Dieta para mí libre de lácteos ya que en un 42% de los casos este reflujo se asocia a APLV y habiendo ya un hermano alérgico las probabilidades crecen. Eliminando de la dieta materna los productos lácteos se puede llevar a cabo una lactancia más segura para el bebé. En caso de que la eliminación de lácteos no mejorara los síntomas (aproximadamente debemos llevar una dieta exenta durante dos-tres semanas para notar cambios en el bebé), se procedería a la eliminación de otros productos como huevo, ternera y soja.
- Sin embargo, la mejoría que notamos con la dieta exenta de lácteos fue tan leve que la pediatra optó por medicar a mi niña con Ranitidina, una fórmula magistral preparada en la farmacia cuya composición va acorde a su peso y al número de veces que tiene que tomarla al día. Para nosotros la medicación fue “mano de santo” y la mejoría se hizo palpable prácticamente al día siguiente de dársela por primera vez.
- Paralelamente a la dieta y al tratamiento farmacológico, estuve llevando a mi hija a terapia sacrocraneal una o dos veces por semana. Cada vez se está valorando más esta técnica que, bien aplicada y siempre por profesionales cualificados, ayuda a mejorar los síntomas y a que el bebé descanse mejor y se encuentre menos molesto.
Otros consejos para tratar el reflujo oculto:
- Mantener al bebé en posición vertical alrededor de veinte minutos después de comer
- Darle la toma semi incorporado o lo más recto posible (la posición de “caballito” para amamantar les ayuda mucho)
- No tumbarle por completo sino elevar el colchón de su cuna y del carrito con unas toallas o almohadas
- Es mejor portear al bebé que llevarle en el cochecito de paseo. Al portearle (en fulares, mochilas, bandoleras…) el bebé adopta una posición más erguida que mitiga mucho los síntomas de reflujo. Además, se muestran más tranquilos y relajados al estar pegados al pecho de quien les lleva y estar mecidos por el balanceo al caminar, por tanto facilitamos su descanso.
- Dependiendo de la clínica del niño, hay médicos que prefieren optar exclusivamente por la dieta exenta de la madre y las recomendaciones básicas para aliviar síntomas y no son partidarios de medicación. Otros prefieren tener resultados fiables mediante un estudio más detallado de los ácidos del estómago a través de una PH-metría esofágica y otros son partidarios de medicar desde el inicio para evitar problemas futuros. En cualquier caso debemos seguir el criterio de nuestro médico pero cuanta más información podamos aportarles mejor les vendrá para dictaminar el tratamiento a seguir.
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DIPLOMADA EN FORMACIÓN ESPECIALIZADA DE OSTEOPATÍA INFANTIL EN IFENTI (INSTITUTO DE FORMACIÓN Y DESARROLLO CLÍNICO EN TERAPIAS INFANTILES
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