El cólico del lactante es una de las principales
afecciones de los bebés. Se caracteriza por un intenso llanto que se presenta en bebés sanos sin causa aparente y
generalmente va acompañado de gases. Conocer cuáles son los síntomas de un
cólico es una de las claves para poder identificarlo y calmar a nuestro bebé. Y
tratándose de una de las principales afecciones que padecen los lactantes,
detectarlos correctamente, conocer qué soluciones existen y qué mitos asociados
a los cólicos son infundados son herramientas muy útiles en los primeros meses
de crianza.
Qué es el cólico del lactante: causas y principales
síntomas
El cólico del lactante es un trastorno muy habitual los primeros meses de vida de los bebés.
Generalmente sucede a última hora del día y se caracteriza por un llanto
intenso y prolongado sin causa aparente. A pesar de que lo sufren
aproximadamente entre el 15 y el 20% de los niños menores de cinco meses, qué lo causa y por qué
algunos bebés experimentan y otros no, sigue siendo un misterio.
Los gases son una de las principales causas de los
cólicos, y suelen manifestarse simultáneamente
Tradicionalmente, se citan algunas hipotéticas causas
como factores que podrían ser determinantes. Los movimientos intestinales, la
intolerancia a la proteína de la leche o el temperamento del bebé podrían
causar este tipo de llanto incontrolado en un
niño por lo demás sano. Sin
embargo, la teoría más extendida y más respaldada por la mayoría de los
pediatras es que los cólicos se producen por la presencia excesiva de gases en el aparato digestivo del bebé. De
hecho, el bebé que sufre cólicos de lactante presenta, por lo general, dureza
abdominal.
El cólico del lactante se presenta por primera vez
antes de los tres meses de vida del pequeño y puede durar varios meses. Sus
principales síntomas son los episodios de llanto de más de tres horas seguidas,
en al menos tres días a la semana y durante como mínimo tres semanas. No es una enfermedad y no causan ningún daño
a largo plazo al bebé, pero las horas continuas de llanto desesperado pueden
resultar difíciles de sobrellevar —para los bebés y sus papás—.
Falsos mitos
Muchos de los comentarios que más frecuentemente se
pronuncian ante un niño que padece cólicos de lactante son falsos y están
completamente infundados.
Mito: el
niño se queda con hambre.
Realidad: el niño con cólicos demanda comida
continuamente por el deseo de succionar, un acto que les consuela.
Mito: es un
niño llorón.
Realidad: hay niños que lloran más que otros, pero
esto está relacionado con su resistencia al dolor. Los bebés lloran para expresar
su malestar y no porque el llanto le produzca placer.
Hay que tener precaución a la hora de poner en
práctica soluciones de dudosa eficacia y, ante la incertidumbre, consultar al
pediatra
Mito: los
cólicos finalizan con la cuarentena o cuando el niño comienza a tomar cereales.
Realidad: los cólicos suelen tocar a su fin alrededor
de los cuatro meses de vida del bebé, teniendo su punto más álgido a los dos
meses y medio aproximadamente. Los pediatras recomiendan la introducción de los
cereales como punto de partida de la dieta sólida del bebé alrededor de los
seis meses.
Mito: una
cucharadita de zumo de naranja le ayuda si está estreñido.
Realidad: el aparato digestivo del bebé está aún muy
poco maduro en esta etapa de su desarrollo y no tiene el hábito de consumir
ningún otro alimento que no sea leche. La naranja es sumamente ácida y fuerte
para un bebé y puede provocarle desajustes digestivos que agravarían el
problema.
Mito: es
alérgico a la leche de vaca. Realidad: una pequeña minoría de
niños son alérgicos a la lactosa. Aunque es importante descartarlo, lo habitual
suele ser que padezca de cólicos de lactante.
Mito: una
vez curados, los cólicos pueden volver a aparecer.
Realidad: el cólico del lactante es una afección
directamente relacionada con la maduración del aparato digestivo, por lo que no
vuelven a aparecer una vez superada esta etapa. Cuando desaparecen, lo hacen
definitivamente.
Soluciones eficaces
Aunque no existe ningún remedio completamente eficaz
que elimine por completo el cólico del lactante, ciertas recomendaciones
consiguen aliviar las molestias de los peques y ayudan a calmar a los bebés que
sufren episodios constantes de cólicos:
1.- Acunar y
mecer al bebé en brazos. Ésta es una de las medidas más eficaces. El
simple contacto piel con piel los tranquiliza. Las mochilas portabebés pueden
resultar de gran ayuda para los padres en estas situaciones, en las que el
malestar del peque se prolonga durante horas. Sin embargo, la posición más
afectiva es aquella en la que el papá o la mamá coloca al bebé boca abajo,
apoyando su cabeza en el antebrazo y pasando la mano bajo sus rodillas evitando
comprimir su tripita. En esta posición, debemos mecer suavemente al bebé, con
movimientos rítmicos y suaves de balanceo.
2.- La música,
el canto o la voz de sus padres. Los bebés adoran la música y reconocen
casi desde los primeros días la voz de sus padres. Cantarles nanas o hablarles
en un tono de voz suave y agradable, mientras les paseamos o acunamos en
brazos, también les reconforta. Algunos bebés prefieren el denominado
"ruido blanco", como el de una aspiradora o una lavadora, ya que les
recuerda a los sonidos que escuchaban cuando estaban en el interior del útero.
3.- Posición
levemente inclinada. Es conveniente elevar ligeramente la cabeza del bebé
cuando le tumbemos en el cochecito de paseo o en la cuna para ayudar al
movimiento de gases y disminuir la acidez de estómago. De esta forma, le
ayudaremos a expulsar los gases que le están molestando tanto.
4.- Los
masajes. El masaje contra los cólicos se realiza presionando con
movimientos circulares, en el sentido de las agujas del reloj, con las manos en
su abdomen del bebé. Suelen recomendarse siempre por los pediatras para aliviar
las molestias de los niños. También podemos sentarnos y apoyarle, boca abajo,
sobre nuestras rodillas mientras masajeamos su espalda con ligeros movimientos
circulares.
5.- Un baño
tibio, seguido de un masaje en la tripa. La hidroterapia con agua tibia
ayuda a calmar los nervios del bebé y a relajarlos músculos de su estómago.
Podemos realizar un suave masaje alrededor del ombligo con movimientos
circulares en el sentido de las agujas del reloj y ejerciendo una presión
moderada para ayudarle a sentirse mejor. Otra opción es juntar sus rodillas,
llevárselas hacia el vientre con delicadeza y ejercer con ellas movimientos
circulares repitiendo la secuencia varias veces.
6.- Reducir la
ingesta de aire durante su alimentación. De esta forma, le ayudarás a
reducir sus gases. Si le das el biberón, hazlo en posición casi completamente
vertical para que la tetina siempre esté llena de leche, haz un descanso a
media toma para ayudarle a eructar y utiliza válvulas anticólico. Si le das el
pecho, asegúrate de que todo el pezón y también parte de la areola están dentro
de su boca y evita consumir bebidas gaseosas o excitantes como el café, té o
los refrescos con cafeína mientras seas una mamá lactante.
7.- Pasea en
coche. Muchos padres afirman que un paseo en coche alrededor de la
manzana es mano de santo para calmar el cólico del lactante. Una conducción
suave con movimiento, ruido y vibración calman a muchos bebés, que llegan
incluso a quedarse dormidos en su sillita del coche.
Al margen de estos "remedios caseros"
habitualmente recomendados, los probióticos como Sanogermina AB-Kolicare pueden ayudar a reducir la producción de gases y el
llanto diario.
Los probióticos son microorganismos vivos que, administrados en
cantidades adecuadas, permanecen activos en el intestino y ejercen importantes
efectos beneficiosos, como contribuir a la salud gastrointestinal del huésped y
potenciar el sistema inmune.
Sanogermina contiene AB-Kolicare®, una combinación de
las cepas Bifidobacterium longum y Pediococcus pentosaceus, que reducen la inflamación intestinal y colaboran
para conseguir un óptimo funcionamiento del tracto digestivo.
Independientemente del remedio a seguir, es importante
que nunca perdamos la calma. Los
bebés son muy receptivos a los estados de ánimo de las personas que le rodean y
los nervios empeorarán la situación.
Armarse de
paciencia y empatía es la mejor opción. El
tiempo es el “remedio” que nunca falla para el cólico del lactante. Si el bebé
no responde a ninguna estrategia, recuerda siempre que hacia los cuatro meses
de vida, el llanto desaparecerá casi tan radicalmente como comenzó, y todos
comenzaréis una etapa más tranquila.
Bebés y
más
Almudena Checa Aparicio
T: 676008277 / 918992849 E-mail:
almudena503@hotmail.com
TRATAMIENTO
PROFESIONAL APLICADO POR: ALMUDENA CHECA APARICIO:
OSTEOPATA
FORMADA EN LA ESCUELA DE OSTEOPATIA "GAIA" (1997-1999)
Curso de Osteopatía Tradicional en
AFIR-DIREMA impartido por el profesor francés
JACQUES GUIDONI DO, Madrid. 2002-2003.
JACQUES GUIDONI DO, Madrid. 2002-2003.
PROFESORA DE YOGATERAPIA, FORMADA EN EL CENTRO DE
YOGATERAPIA ASANGA DIRIGIDO POR EL DR. MIGUEL FRAILE.
Curso de Anatomía y Preparación al Nacimiento (2008)
en Centro L´Eix de Pedagogía Corporal, impartido por Blandine Calais-Germain y
Nuria Vives Parés en Palafrugell, (Girona.)
ESPECIALISTA
METODO RUBIO AVALADA POR EL OSTEOPATA DOMINGO RUBIO, CREADOR DE DICHO METODO
PARA COLICOS LACTANTES)
DIPLOMADA EN FORMACIÓN
ESPECIALIZADA DE OSTEOPATÍA INFANTIL EN IFENTI (INSTITUTO DE FORMACIÓN Y
DESARROLLO CLÍNICO EN TERAPIAS INFANTILES.)
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