Medita, que algo
queda
La meditación cambia el funcionamiento de algunas áreas
cerebrales
La Red Neuronal por Defecto, la que se activa cuando uno no
piensa en nada, funciona de forma distinta en las personas que
meditan.
Aproximadamente el 50% del tiempo que uno está despierto tiene
el cerebro distraído, sin centrarse en nada concreto, con
ensoñaciones. Podría pensarse que esos momentos son relajantes,
pero algunos estudios han demostrado que cuanto más deambula el
cerebro, menos feliz es la persona. El área que se activa en
esos instantes 'inactivos' es la Red Neuronal por Defecto (DMN,
según sus siglas en inglés) y se sabe que está relacionada con
el déficit de atención y los trastornos de ansiedad, entre
otros. Un nuevo trabajo indica que la meditación altera esta
zona y beneficia el estado general. Investigadores de la
Universidad de Yale han observado mediante resonancias
magnéticas las áreas del cerebro que se activan cuando se
medita. El estudio, que se publica en la revista 'Proceedings of
the National Academy of Sciences' (PNAS), evaluó a gente que
llevaba una década meditando y la comparó con individuos menos
expertos en esta práctica. Se centraron en tres tipos distintos
de meditación: la concentración -basada en la respiración y en
las sensaciones que provoca en el cuerpo-; la meditación del
amor/amabilidad -que consiste en evocar el sentimiento de deseo
hacia alguien y utilizarlo para uno mismo y para sentirse mejor
y recurre a la repetición de frases como 'Puedo ser feliz',
etc.-, y la de conciencia sin elección -que pide centrar la
atención en aquello que pase por la mente, sin tratar de
cambiarlo o pensar en otra cosa-.En todas estas modalidades, los
meditadores mostraron un descenso de la actividad en la Red
Neuronal por Defecto (DMN) -que se encuentra sobre todo en la
corteza cingular posterior y pre frontal- en favor de la Red
orientada a las tareas (TPN, en inglés), que es aquella que se
pone en marcha cuando se quiere conseguir un objetivo. Además,
cuando entraba en funcionamiento la DMN se activaban a la vez
otras áreas que no entraban en juego en aquellos que no
meditaban. Este efecto se vio tanto durante la meditación como en
los periodos de descanso, lo que para los investigadores indica
que "las personas que meditan durante muchos años desarrollan
una nueva red neuronal por defecto en la que hay una mayor
conciencia de uno mismo y del presente y menos ensoñación".
Futuras implicaciones “La meditación ya había mostrado sus
capacidades para ayudar a dejar de fumar o a sobrellevar mejor
ciertas enfermedades, pero conocer su funcionamiento en el
cerebro amplia el rango de implicaciones clínicas que puede
tener", admite a ELMUNDO.es Judson A. Brewer, psiquiatra y
coordinador del estudio. Los autores reconocen que el trabajo
tiene limitaciones. La principal es el tamaño de la muestra, ya
que participaron sólo 12 personas expertas en meditación y se
compararon con 13 personas no expertas. Sin embargo, consideran
que ha sido útil para demostrar que "la Red Neuronal por Defecto
se puede alterar, lo que abre mucho las posibilidades de
investigación”. A la vista de sus resultados, Brewer tiene claro
el consejo que daría a sus pacientes: "que empiecen a meditar
ya. Incluso con dedicarle unos minutos al día podrán comprobar
sus beneficios a largo plazo".
La Red Neuronal por Defecto, la que se activa cuando uno no
piensa en nada, funciona de forma distinta en las personas que
meditan.
Aproximadamente el 50% del tiempo que uno está despierto tiene
el cerebro distraído, sin centrarse en nada concreto, con
ensoñaciones. Podría pensarse que esos momentos son relajantes,
pero algunos estudios han demostrado que cuanto más deambula el
cerebro, menos feliz es la persona. El área que se activa en
esos instantes 'inactivos' es la Red Neuronal por Defecto (DMN,
según sus siglas en inglés) y se sabe que está relacionada con
el déficit de atención y los trastornos de ansiedad, entre
otros. Un nuevo trabajo indica que la meditación altera esta
zona y beneficia el estado general. Investigadores de la
Universidad de Yale han observado mediante resonancias
magnéticas las áreas del cerebro que se activan cuando se
medita. El estudio, que se publica en la revista 'Proceedings of
the National Academy of Sciences' (PNAS), evaluó a gente que
llevaba una década meditando y la comparó con individuos menos
expertos en esta práctica. Se centraron en tres tipos distintos
de meditación: la concentración -basada en la respiración y en
las sensaciones que provoca en el cuerpo-; la meditación del
amor/amabilidad -que consiste en evocar el sentimiento de deseo
hacia alguien y utilizarlo para uno mismo y para sentirse mejor
y recurre a la repetición de frases como 'Puedo ser feliz',
etc.-, y la de conciencia sin elección -que pide centrar la
atención en aquello que pase por la mente, sin tratar de
cambiarlo o pensar en otra cosa-.En todas estas modalidades, los
meditadores mostraron un descenso de la actividad en la Red
Neuronal por Defecto (DMN) -que se encuentra sobre todo en la
corteza cingular posterior y pre frontal- en favor de la Red
orientada a las tareas (TPN, en inglés), que es aquella que se
pone en marcha cuando se quiere conseguir un objetivo. Además,
cuando entraba en funcionamiento la DMN se activaban a la vez
otras áreas que no entraban en juego en aquellos que no
meditaban. Este efecto se vio tanto durante la meditación como en
los periodos de descanso, lo que para los investigadores indica
que "las personas que meditan durante muchos años desarrollan
una nueva red neuronal por defecto en la que hay una mayor
conciencia de uno mismo y del presente y menos ensoñación".
Futuras implicaciones “La meditación ya había mostrado sus
capacidades para ayudar a dejar de fumar o a sobrellevar mejor
ciertas enfermedades, pero conocer su funcionamiento en el
cerebro amplia el rango de implicaciones clínicas que puede
tener", admite a ELMUNDO.es Judson A. Brewer, psiquiatra y
coordinador del estudio. Los autores reconocen que el trabajo
tiene limitaciones. La principal es el tamaño de la muestra, ya
que participaron sólo 12 personas expertas en meditación y se
compararon con 13 personas no expertas. Sin embargo, consideran
que ha sido útil para demostrar que "la Red Neuronal por Defecto
se puede alterar, lo que abre mucho las posibilidades de
investigación”. A la vista de sus resultados, Brewer tiene claro
el consejo que daría a sus pacientes: "que empiecen a meditar
ya. Incluso con dedicarle unos minutos al día podrán comprobar
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