martes, 30 de junio de 2020

OSTEOPATIA INFANTIL PARA REFLUJO GASTROESOFAGICO EN BEBES

El reflujo gastroesofágico en los bebés, es una afección común en la cual, el contenido del estómago se devuelve desde el propio estómago hasta el esófago. Lo que suele provocar el vómito al bebé es la apertura del cardias, el esfínter muscular que separa el esófago del estómago: hasta el 70% de los bebes sanos de cuatro meses vomita al menos una vez al día.
Si este músculo no se cierra bien, el contenido estomacal se puede devolver al esófago y esto es lo que se denomina reflujo gastroesofágico que además puede ser exacerbada por la alergia a la leche vacuna.
Los cólicos como la regurgitación son frecuentes en los bebés  pero la frontera entre salud y la aparición de una patología en ambos casos es borrosa.
SÍNTOMAS
Hay bebés que lloran con frecuencia y sin consuelo y, la razón está en la digestión. Son los jugos gástricos de su propio estómago los que les abrasan por dentro. Si los pequeños lloran mucho antes de las comidas, vomitan o les cuesta tragar, nos estarán mostrando un síntoma claro de reflujo. No es un rechazo voluntario a comer. En los bebés, se considera normal que se presente una pequeña cantidad de reflujo gastroesofágico. De hecho, más de la mitad de los bebés tendrán reflujo durante los primeros meses de vida. El reflujo persistente con vómito frecuente lleva a la irritación del esófago en el bebé.
El reflujo asociado con pérdida de peso o el reflujo que ocasiona dificultad respiratoria no se
considera normal desde el punto de vista médico,tendria que ver mas con la enfermedad de reflujo gastroesofágico(ERGE) que si seria un reflujo patológico.
El bebé con reflujo gastroesofágico regurgita más en cantidad y frecuencia, se arquea hacia atrás (para frenar la subida de los jugos gástricos), tiene hipo persistente (por irritación del esófago), deja la risa y el juego, se vuelve irascible y va perdiendo sus ritmos de sueño y alimentación: se despierta llorando y con tos, quiere leche con frecuencia para calmar su acidez, pero no tolera su paso por un esófago quemado por los ácidos, de modo que termina saltando tomas y deja de aumentar de peso.
CAUSAS
Además de los comunes cólicos del lactante, y de posibles causas psíquicas, dicen los expertos que cuando un bebé menor de cuatro meses llora más de tres horas por día y de un modo inconsolable, hay que pensar también en una alergia a la leche de vaca o un reflujo gastroesofagico, o en ambos síndromes asociados.
Los servicios de pediatría están detectando cada vez más consultas por alergia a leche vacuna, incluso en niños que jamás han tomado leche vacuna, pero cuyo sistema digestivo reacciona ante una proteína de origen lácteo: la beta-lactoglobulina.
Esta proteína ingresa en sus organismos por dos posibles vías: las leches maternizadas derivadas de leche vacuna y también, la propia leche materna, a la que llegan moléculas de beta-lactoglobulina procedente de los productos lácteos ingeridos por la madre.
Estudios recientes establecen que el 42% de los bebés con RGE(reflujo gastroesofágico) llega a ese cuadro consecuencia de una ALV(alergia a la leche de vaca) previa, y hasta el 7% de los bebés padece RGE, lo que es muchísimo.
Estudios realizados en los Estados Unidos sugieren que hasta el 6% de los bebés aparentemente sanos tienen RGE sin un diagnóstico médico.
TRATAMIENTO
Cuando se determinan los síntomas de reflujo gastroesofágico y dependiendo de la gravedad del caso, el tratamiento se establece en varios apartados:
Tratamiento osteopático. El osteópata en su exploración inicial comprueba que a nivel del occipital, primer hueso del cráneo, esté abierto el agujero por donde pasa un nervio que llega al estómago(nervio vago o neumogástrico); este agujero está en ocasiones un poco cerrado, y esto crea los síntomas estomacales que nos dan la señal de alerta.
Encontrada la causa del problema, el profesional procede a la manipulación osteopática que consiste en aplicar técnicas de manipulación orientadas a aliviar el dolor. En este caso la osteopatía visceral está enfocada a mejorar la función de los órganos digestivos con suaves masajes estomacales e intestinales para aliviarle, conseguir mejor riego sanguíneo y ayudar a evacuar al bebé.
Esta terapia suele ser muy eficaz y los osteópatas enseñan a los papas diferentes masajes para complementar el tratamiento osteopatico y ayudar de una forma mas efectiva al bebe.
El reflujo, tiene en el tratamiento de osteopatía, una efectividad alta y de gran rapidez, en torno al 90 o 95% en sesiones semanales de no más de una hora y alrededor de tres o cuatro semanas.
Los padres asocian el reflujo a la posibilidad de que el niño se ahogue con el vómito. Existen muy pocas probabilidades de que eso ocurra, pero la más importante es entender que el reflujo gastroesofágico es, en la mayoría de los casos, una condición transitoria del niño,fisiologica y no una enfermedad que tiende a desaparecer espontáneamente cuando el niño alcanza el año de edad.
Tratamiento postural. Hoy se recomienda que los bebés permanezcan en una sillita reclinable, en posición semi-sentado durante la mayor parte del día.Funciona fenomenal sostenerle en brazos en posición mas vertical o porteando al bebe con pañuelo o mochila.
Tratamiento alimenticio. El lactante tiene un gran riesgo de reflujo por la frecuencia con que se alimenta y porque su alimento es de consistencia líquida, lo que facilita que el contenido ascienda por el esófago.
El tratamiento adecuado para este tipo de problema consiste en alimentar al bebé solo con lactancia materna a demanda,con tomas cortas y frecuentes para neutralizar los acidos estomacales.La leche materna se digiere mas rápido que la de formula e impide que el reflujo y la acidez sean tan fuertes.En caso de alimentación con leches de formula se recomiendan alimentos espesados y, han surgido fórmulas lácteas denominadas anti reflujo por su mayor consistencia.

RECOMENDACIONES
  • Los padres deben tomar ciertas precauciones en el momento de alimentar a sus hijos, por eso se recomienda:
  • Alimentar en posición vertical.
  • Ayudar al bebé a expulsar los gases.
  • No moverlo ni agitarlo después de la alimentación.
  • Acostarlo hacia el lado derecho.
  • Inclinar la cuna, levantando más desde la cabecera.

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