miércoles, 15 de octubre de 2014

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Cólico del lactante            WIKIPEDIA
El cólico del lactante es un trastorno típico de los primeros meses de vida que se caracteriza por un llanto intenso y prolongado sin causa aparente. También se le conoce como cólico de los tres meses, cólico vespertino o del anochecer, alboroto paroxístico del lactante o cólico de gases. Últimamente se ha propuesto llamarlo Llanto excesivo primario, haciendo hincapié en el
síntoma principal (el llanto excesivo) y quitándole la connotación de dolor abdominal, ya que no está demostrado que tenga su origen en el aparato digestivo; el llanto excesivo secundario se refiere a los casos en los que el llanto está causado por otro problema o enfermedad (hambre, traumatismo, hernia, etc.).
La definición más extendida de los cólicos del lactante los describe como episodios de llanto intenso y vigoroso al menos 3 horas al día, 3 días a la semana durante al menos tres semanas en un bebé sano y bien alimentado.1
Epidemiología
Se han hecho muchos estudios para calcular su frecuencia, con resultados muy dispares debido a los diferentes métodos y definiciones empleados. Los trabajos más rigurosos muestran una incidencia acumulada del 5-19% de los lactantes. La máxima incidencia se encuentra hacia las 6 semanas de vida. Se considera más frecuente en el primer hijo y en hijos de fumadores. No se han encontrado diferencias en cuanto al sexo del bebé, el tipo de alimentación (lactancia materna o artificial) o el nivel socioeconómico familiar.2
Etiología
La causa exacta de los cólicos del lactante todavía se desconoce, aunque se piensa que no es única la alergia a las proteínas de la vaca (leche de vaca, ternera o leche de vaca consumida por la madre lactante, etcétera), sino que existen múltiples factores implicados (que bien pueden provenir de los trastornos domésticos asociados con dicha alergia y causados por ella). Se han propuesto diversas hipótesis:3
Factores psicológicos y sociales
Según este modelo, existen factores que generan una relación difícil entre los progenitores y el hijo, como una excesiva estimulación (ruido, cambios de luz, etc.), una respuesta exagerada y ansiosa de los padres ante cualquier malestar del bebé o cambios constantes en la rutina diaria. De esta manera podría explicarse la mayor ocurrencia en los primogénitos, ya que hay más inexperiencia y ansiedad familiar.
También podría existir una predisposición temperamental en algunos niños con umbral sensorial bajo, más sensibles a estímulos ambientales. El desequilibrio entre el comportamiento del bebé y la respuesta de los padres desencadenaría el cólico. El hecho de que sean más frecuentes en la tarde y la noche, es interpretado por algunos autores como relacionado con un mayor cansancio de los padres al final del día, con menos capacidad de respuesta.
Otro factor con el que se ha encontrado asociación es el tabaquismo, aunque hay discusión sobre si se debería a una mayor ansiedad en los padres fumadores o a un estímulo sensorial por el humo del tabaco.
Problemas digestivos y dietéticos
Para muchos los cólicos se deben a contracciones espasmódicas del músculo liso del intestino, favorecidas por la inmadurez del aparato digestivo de los lactantes. También podría influir la dificultad para expulsar los gases o alteraciones de la flora intestinal.
Dentro de los factores dietéticos una de las causas implicadas en algunos niños es la alergia a las proteínas de la leche de vaca. Eso explica que los lactantes afectados a veces mejoren al usar una fórmula láctea especial o al retirar los lácteos de la dieta de la madre si recibe leche materna. También se ha propuesto la intolerancia a la lactosa como causa de estos cólicos, pero es muy poco frecuente a esas edades y el uso de leches sin lactosa no se ha mostrado eficaz.
Cuadro clínico
Las crisis de llanto son descritas como ataques abruptos, de gran intensidad, que aparecen al final del día. Los bebés adoptan una posición característica, flexionando los muslos sobre el abdomen, apretando los puños, con la cara enrojecida y el abdomen tenso. Estos episodios pueden durar minutos u horas. En los periodos entre las crisis están completamente asintomáticos y sonrientes, y durante su seguimiento los afectados comen y suben de peso normalmente.
Diagnóstico
El primer paso en un lactante con un llanto excesivo en el que se ha comprobado que se no debe a las causas normales por las que llora un bebé (hambre, calor o frío, pañal sucio) es explorarlo en busca de otras causas de llanto (traumatismos, hernias, infecciones, etc.). Normalmente no es necesaria ninguna prueba diagnóstica, pues el diagnóstico viene dado por el llanto característico unido a una exploración normal del bebé. Si el niño se encuentra muy decaído o con fiebre pueden ser necesarias pruebas complementarias para descartar problemas más graves.
Tratamiento
Pese a que se trata de un trastorno benigno y transitorio, los cólicos de lactante suelen generar mucha preocupación y frustración en la familia, por lo que se han intentado múltiples tratamientos farmacológicos y dietéticos, la mayoría con escasa eficacia real. La razón de esta falta de tratamiento efectivo es que en realidad bajo la calificación de cólico del lactante se agrupan varias patologías diferentes. Existen tratamientos, pero debe averiguarse en primer lugar la causa o combinación de causas que en ese niño provocan el cólico.
Intervenciones sobre la conducta de los padres
Son la base del tratamiento, buscando mejorar la respuesta de los padres para tranquilizar mejor a su hijo y sobrellevar el problema hasta su desaparición. Resulta fundamental que la familia comprenda la naturaleza benigna de los cólicos y reaccione con tranquilidad, para poder transmitírsela a su hijo. Se evita la estimulación excesiva y se enseñan formas de acompañar al bebé con contacto físico (caricias, masajes, contacto piel con piel, mochilas portabebés, etc.) o de otra manera (música, canciones de cuna, etc.). Algunos niños se calman con movimientos rítmicos suaves, acunándolo, paseándolo o incluso viajando en automóvil.
También se suele revisar la técnica alimentaria, especialmente para disminuir la ingesta de gases y facilitar su expulsión tras las tomas. Cuando los cólicos persisten, se recomienda que la familia se turne en su cuidado y se organice para conseguir un adecuado descanso, ya que el cansancio acumulado por los cuidadores puede pasar factura y desencadenar problemas de convivencia.
Intervenciones Farmacológicas
La mayoría de remedios comercializados carece de eficacia real, y los beneficios apreciados suelen corresponderse a la mejoría natural que suelen tener los cólicos a partir de las 6 semanas de vida. Algunos pueden ser incluso perjudiciales.4
  • Anticolinérgicos(diciclomina, dicicloverina): aunque disminuyen los cólicos por su efecto relajante sobre el músculo de la pared intestinal, también producen efectos secundarios, algunos potencialmente graves, por lo que han dejado de emplearse.
  • Metilescopolamina: otro relajante muscular que se ha mostrado ineficaz e incluso puede empeorar los síntomas.
  • Dimeticona o Simeticona: facilita la eliminación del gas intestinal y no produce efectos secundarios, pero los estudios realizados tampoco han demostrado que disminuya los síntomas de los cólicos del lactante.
Intervenciones dietéticas
Los casos más intensos de cólicos del lactante pueden deberse a una alergia a las proteínas de la leche de vaca, por lo que a veces se plantean dietas especiales mediante el uso de fórmulas lácteas hipoalergénicas o excluyendo los lácteos de la dieta de la madre si el bebé toma leche materna. Existe pruebas de que esta medida puede ser eficaz en una pequeña parte de los casos.5
El uso de infusiones de hierbas no suele recomendarse. Existe algún estudio que muestra cierta eficacia con algunas hierbas, pero existe la preocupación de que el consumo de infusiones reduzca la ingesta de leche en el lactante, con riesgo de desnutrición. Algunas plantas como el anís estrellado pueden causar intoxicaciones graves consumidas en exceso.
Pronóstico
Pese a los trastornos y preocupaciones que generan estos cólicos, lo cierto es que se acaban resolviendo por sí solos hacia los tres o cuatro meses de edad, sin afectar al crecimiento y al desarrollo del bebé.6 Los problemas más importantes que pueden surgir son los debidos a la desestabilización familiar cuando la familia no se adapta adecuadamente, con riesgo de conflictos de pareja o maltrato infantil secundario.
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Se denomina flora o biota intestinal al conjunto de bacterias que viven en el intestino, en una relación de simbiosis tanto de tipo comensal como de mutualismo. Este conjunto forma parte de la microbiota normal. La gran mayoría de estas bacterias no son dañinas para la salud, y muchas son beneficiosas. Se calcula que el ser humano tiene en su interior unas 2.000 especies bacterianas diferentes, de las cuales solamente 100 pueden llegar a ser perjudiciales.1 Muchas especies animales dependen muy estrechamente de su flora intestinal. Por ejemplo, sin ella, las vacas no serían capaces de digerir la celulosa, ni las termitas de alimentarse de madera, ya que no son ellas mismas, sino su flora intestinal, las que son capaces de procesar este tipo de alimentos. En el ser humano, la dependencia no es tan radical, pero sí es importante. Ayudan en ocasiones a la absorción de nutrientes y forman un ecosistema complejo que se autorregula y se mantiene en equilibrio. En otras ocasiones son imprescindibles para la síntesis de determinados compuestos, como la vitamina K y algunas del complejo B. También tienen efectos colaterales, como la producción de gases, responsables del olor característico de las heces. Algunas de ellas pueden causar infecciones de cualquier gravedad. La flora del adulto está influenciada por una serie de factores intrínsecos (secreciones intestinales) y extrínsecos (envejecimiento, dieta, estrés, antibióticos y alimentos con componentes prebióticos o con organismos probióticos).
Al estar compuesta de microorganismos es muy sensible a los antibióticos, y éstos son los principales causantes de su destrucción, cuando ocurre.
Se regenera periódicamente, excretándose los microorganismos muertos a través de las heces. Evita que se desarrollen enfermedades.
Adquisición de flora intestinal por infantes
En el intestino de los recién nacidos no hay microorganismos. Esto causa entre otras cosas deficiencia de vitamina K que se produce de manera endógena solamente en el intestino gracias a estas bacterias. Por esta razón, es necesaria la aplicación de una dosis inicial de vitamina k en los neonatos. Durante las primeras etapas de la vida se va componiendo un tipo de flora inicial, primeramente a partir de la flora vaginal y gastrointestinal de la madre. Posteriormente, por efecto de la leche materna, se favorece un predominio de bífidobacterias en los lactantes alimentados así, y flora diversa en los que reciben otros alimentos. Y por último, tras el destete, se produce una flora de transición que cambia hasta la flora del adulto.


Especialización del sistema inmunitario

La flora intestinal tiene una importante función en la especialización del tejido linfoide asociado a la mucosa del intestino. Estas bacterias se encargan de mostrarle a los linfocitos (específicamente los linfocitos T) cuales cepas son útiles para el cuerpo y cuales no, lo cual les permite reconocer mejor a los antígenos invasores. De esta forma, las bacterias alojadas en el intestino especializan el sistema inmunitario para favorecer su supervivencia lo cual, decide cuales bacterias serán las predominantes en la microbiota. Esta es una de las razones por la cual en los neonatos se debe cuidar muy bien su alimentación, puesto que las primeras bacterias que se alojen en su intestino, adaptarán su microambiente para favorecer su supervivencia y esto podría afectar la implantación de otras bacterias esenciales en la microbiota normal humana.3

Variaciones en la microbiota intestinal
Cambios en la flora intestinal puede tener efectos nocivos a la salud humana. La utilización de antibióticos de amplio espectro es una de las razones por la cual la población de bacterias puede disminuir. Por el contrario, el uso de probióticos estimula el crecimiento de la microbiota intestinal gracias a que mejora las condiciones del microambiente bacteriano y se ha demostrado que son útiles para la prevención y el tratamiento de diarrea infecciosa aguda en lactantes.4

                                                            


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Mi nombre: Almudena Checa Aparicio. T: 676008277.     T: 918992849.    Actualmente vivo en Zarzalejo (pequeño pueblo de la Sierra Oeste de Madrid) Profesora de Hatha Yoga desde hace 18 años, osteópata, masajista, especializada en el Método Rubio para el cólico lactante.
Puedo atender a tú bebe en mi CENTRO DE YOGA, Plaza del Tejar, 2  ALCORCON. T: 916190062
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